domingo, 1 de mayo de 2011

Oda a Luis Alberto Spinetta.

Sos lo complejo y lo simple. Sos rebuscado y sencillo. Sos la perfección y a la vez, tremendamente humilde. Sos el arte en su estado más sólido, más concreto y a la vez, más inmenso e inabarcable. Sos sublime. Inhumano. Sos perfectamente hermoso. Sos alma de diamante. Los sos todo, para mi. Y más aún. Yo soy vos. Vos sos yo. Despertas en lo más profundo de mi alma, aquello que nada despierta. Para verme a mi, sólo hay que mirarte y al ver verás. Porque sos toda mi alma, me llenas, me completas y sos todo lo que necesito. Lo más puro, lo más simple, lo más verdadero. Sos poéticamente maravilloso. Aprendí a mirar fino, más allá, con los ojos del corazón. Sos peor que una droga. No me lo puedo creer. ¿Cómo haces? ¿Cómo entra todo eso en ese cuerpecito humano y frágil? ¿CÓMO PUEDE SER? Sos increíble, flaco. Todo lo miro a través de tus ojos. Tu música me traspasa y no necesito más que eso. Sólo sé caminar con los pies del arte. Ella es lo más poderoso que yo tengo. No concibo la vida sin ella. Yo soy ella. Ella soy yo. Todas las cosas que toco, están tocadas con esa barita. Todo lo concibo, todo lo pienso, todo lo siento, a través de ella. Vivo porque el arte existe. Y porque vos sos arte. Y sos la certeza de que este amor no va a tener fin, que siempre te voy a amar, hasta cuando sea vieja: asilo en tu corazón. Porque me enamoras todos los días. Todos. Y me siento libre, como el viento. Como el viento voy a ver. 


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