“Hola, chicas, ¿no tienen un cigarrillo para convidarme? Uy! Gracias gracias. Menos mal que pararon, porque hay muchos que no paran, ¿vieron? Siguen caminando de largo y nadie me quiere convidar un cigarrillo. ¿Cómo se llaman? ¿Eugenia y Rosario? Yo soy Marcelo, tengo veintiséis años. Estoy acá, con los demás, esos ocho que están allá jugando a la pelota, los pibes, y ese que está ahí atrás mío apoyado sobre el paredón, ¿lo ven? El Nico, la Sara, Toni… todos somos del Bajo Flores. Acá la gente es muy prejuiciosa con los del Bajo Flores dicen ‘uuuh estos del Bajo Flores…’ pero ¿y ellos qué? Igual ahora estamos durmiendo acá en la calle, abajo del puente, porque hay una Iglesia que nos ayuda, que nos da ropa y comida. Y nosotros damos charlas, sobre el Paco. Acá en la facultad dimos una. ¿Ustedes estudian ahí? Ah bueno, si... dimos una charla sobre el Paco. Y el Padre Ramón todos los domingos en la homilía nos hace hablar también, contar nuestra historia. Nosotros casi nunca le pedimos plata a la gente, a veces entramos a bares, pero a la gente no. Sólo cuando queremos plata para el Paco, porque, ¿Vieron? No es fácil salir. Uno a veces vuelve a caer… capaz pasa un tiempo sin fumar y después vuelve, como Nico que está muy mal ahora. El Paco hace muy mal.. ¿Cómo se llamaban ustedes? Ah, Eugenia y Rosario, ja! Producto de la droga, ¿ven? No me acuerdo de lo que me dijeron jaja, bueno, Eugenia y Rosario, ¿saben? El Paco hace muy mal. Está bien, ustedes dirán que es mi culpa por meterme, si, obvio, es mi culpa por meterme, yo tengo toda la responsabilidad, y me hago cargo, porque si uno no te la presenta, te la presenta el otro y algún día agarrás. Yo le hice muy mal a mucha gente por el Paco. Lastime a muchas personas por doce pesos…Hace un año me mataron a mi hermano por veinticinco pesos, que alcanza para cinco drogas. Y bueno… desde entonces que yo me veo obligado a salir enfierrado, porque yo soy un hombre muy tranquilo pero no sé qué me puede pasar de repente si quiero Paco, ¿entienden? Capaz me pongo loco, capaz lastimo. Yo lastimé a mucha gente ya, no quiero más eso, porque sus vidas valen tanto como la mia. Hay que respetar. Yo estuve tres años en Devoto por hacer mucho mal y ya salí y mírenme, no se puede dejar tan fácil el Paco, ¿vieron?. Bueno, ¿saben lo que vamos a hacer? Ahora nos vamos a sentar los tres en ese banco y me van a pasar disimuladamente la plata y los celulares, le sacan el chip y me los dan. Ah, bueno, si no se quieren sentar en ese banco, está bien, ¿No se quieren sentir encerradas, no? Está bien. Allá están los pibes mirando todo, así que si ustedes hacen algo, se pudre todo. No mires al cielo. Ay, no me mires con esa cara de pobrecita. Mirá para acá. No miren a la gente que pasa, háganse las que estamos hablando en una conversación amistosa. Jaja ¿Vieron esa película de Wall Disney… ? Ahí está, ese de cien también, todo, todo. No me mientas que no tenes celular porque te lo llego a encontrar y se pudre todo. Me pongo loco eh, yo no sé lo que puedo hacer. Ahí está, todo, todo. Bueno, ese de cinco quédatelo. Bueno, ahora yo me voy a ir para allá y ustedes para allá. Mis compañeros las van a mirar que no hablen con nadie ni hagan nada raro porque si no miren que se pudre eh."
memorias de un robo en buenos aires.
ResponderEliminarEse podría haber sido un buen título (?)
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